El Tupolev Tu-95 especialmente modificado que lanzó la bomba más potente de la historia, la llamada Bomba del Zar, el 30 de octubre de 1961. El artificio termonuclear incrustado en la panza del avión, de 50 megatones de potencia (equivalente a 50 millones de toneladas de TNT) pesaba 26 toneladas y tenía el tamaño de un autobús pequeño. La bomba detonó sobre la zona de pruebas nucleares de Nueva Zembla y destruyó todo en un radio de 35 km. Fue algo así como una patada en el suelo que se sintió en todo el planeta, con la que la URSS indicó que tenía la superbomba y también aviones capaces de llevarla.
A finales de la década de 1940 el gobierno soviético encargó a su industria la fabricación de un bombardero de largo alcance capaz de atacar objetivos situados en territorio estadounidense, lo que significaba más o menos utilizar la ruta polar que había seguido en 1937 la tripulación del Tupolev ANT 25 “Ruta de Stalin”. Tras dos versiones agrandadas del Tu-4 (la copia soviética del B-29) Tupolev dio con la fórmula del éxito: una avión enorme con alas en flecha y los cuatro motores turbohélices más potentes jamás construidos. El primer vuelo del Tu-95 fue el 12 de noviembre de 1952, así que solo 15 años después de la hazaña transpolar de Chkálov el bombardero ya estaba listo, una máquina impresionante provista de cuatro enormes turbohélices, alas en flecha y la capacidad de volar unos 10.000 km a 800 km/h con 10 toneladas de bombas en la bodega. La respuesta norteamericana a esta amenaza fue la línea DEW, la cadena de radares de alerta situada en Canadá que fue algo así como la línea Maginot de la guerra fría.
Aparte de destrozar parte del archipiélago de Nueva Zembla con la gigantesca “Bomba del Zar”, el Tu-95 fue un avión esencialmente pacífico, a diferencia de su homólogo B-52. No participó en ninguna de las guerras de la Unión Soviética ni de Rusia, y su papel a lo largo de muchos años fue la patrulla marítima de largo alcance y la participación en el ritual aéreo favorito de la guerra fría: la intercepción del coloso aéreo soviético en algún lugar del mar del Norte por algún Lightning de la RAF o cerca de las costas de Alaska por algún Phantom II norteamericano. Tales encuentros con el enemigo eran fotografiados y publicados en la prensa, de ahí que existan tantas fotos aéreas del impresionante Tu-95.
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Asuntos: Bombarderos, Bombas
Tochos: Los aviones del terror