El bombardero invisible (para el ojo)

Uno de los pocos prototipos que se construyeron del Linke-Hofmann R.I (Riesenflugzeug I, Avión gigante Nº 1). El primer prototipo voló por primera vez en la primavera de 1917.

A pesar de su aspecto de inocente ballena de celofán, el Linke-Hofmann R.I era un bombardero pesado, con un diseño muy original que resultaba al mismo tiempo aerodinámico y, en teoría, de visibilidad reducida gracias a su recubrimiento parcial de celofán (acetato de celulosa) transparente. Como en otros aviones R, los motores (cuatro Mercedes de 260 hp cada uno), iban dentro del fuselaje moviendo las hélices entre las alas a base de correas de transmisión. El estrambótico aeroplano de celofán (se construyeron algunos más con un revestimiento más convencional) pesaba a plena carga más de 11 toneladas, aunque no podía volar mucho más de 600 km de distancia. Los ingenieros pronto descubrieron con desaliento que el acetato de celulosa transparente, lejos de hacer invisible al avión, brillaba intensamente ante el menor rayo de sol, amarilleaba con rapidez y se arrugaba con los cambios de temperatura.

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