Un Douglas DC-8 de Air Spain con su colorida nueva librea (1973).
En 1971 Air Spain consiguió su primer DC-8, que superaba de largo en velocidad y tamaño a los Bristol Britannia que hasta entonces habían formado su flota. Por desgracia, también era un avión muy sediento de combustible. Se cambió la sobria librea de los aviones por una estridente combinación de colores rojos y amarillos.La empresa continuó navegando en el floreciente mercado del chárter, acompañada por Spantax, Transeuropa y Aviaco, hasta que tropezó con la Primera crisis petrolera de 1973.
Hasta entonces, el coste del combustible era un rubro menor de la compañías aéreas (Boeing llegó a diseñar en 1972 un «avión petrolero» para llevar crudo desde Alaska a las refinerías del Sur de estados Unidos), pero a partir de entonces se convirtió en decisivo. Para sobrevivir, Air Spain debería haber conseguido reactores económicos para su flota, como el Boeing 737, pero no hubo tiempo. La empresa fue adquirida por Rumasa y terminó sus operaciones en 1975.
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