Un momento cumbre del peronismo

Uno de los prototipos del Pulqui II.

La exhibición aérea del Pulqui II el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, el 8 de febrero de 1951, fue de lo más vistosa. Kurt Tank, el jefe del equipo de diseño, había pilotado el avión personalmente, y recibió allí mismo la efusiva felicitación del general Juan Domingo Perón, vestido de militar para la ocasión. Este fue uno de los momentos cumbre del peronismo, el tercero desde el punto de vista aeronáutico tras el primer vuelo del Pulqui en 1947 y la inauguración de «la mayor y más moderna terminal aérea del mundo»(1), el Aeropuerto Ministro Pistarini, más conocido como Ezeiza. Todo esto se enmarcaba en un Plan Quinquenal que tenía previsto para 1951 un «aumento de la renta de la nación procedente de la industria en un 43,3%, aumento de la energía eléctrica en 50%, 30% más de obreros y elevación de jornales y sueldos en 50,8%» (2). En noviembre de 1951, Perón ganó las elecciones por amplio margen. A pesar de tantos triunfos, había un creciente número de signos inquietantes en el horizonte, y al peronismo (luego llamado justicialismo) le quedaban pocos años en el poder. Tras el golpe de estado de 1955, el Pulqui II fue definitivamente cancelado.

El Pulqui II era un avión de caza jet de segunda generación, si se considera la primera la del Messerschmitt Me-262 y la del Gloster Meteor. En realidad, parece ser que la especificación militar alemana que dio origen al proyecto Ta-183 Huckebein –y a varios otros– fue precisamente la necesidad de contar con aviones que superasen decisivamente a los aparatos aliados de tipo Meteor –de los que un centenar llegaron a Argentina en 1947. El trabajo del equipo de Focke Wulf fue concienzudo, aunque el prototipo fue atrapado precisamente por los británicos antes de que hubiera conseguido hacer su primer vuelo. El Pulqui II es el único descendiente directo del Huckebein, una evolución del modelo original en el medio ambiente de la industria aeronáutica argentina.

Pero un proceso de evolución convergente dio origen a una media docena de diseños que seguían las líneas del diseño alemán de 1944-45, como el F-86 Sabre, el MiG-15, el Lavichkin La-15, el Dassault Ouragan y el Saab Tunnan. En algunos casos se puede rastrear un hilo de transmisión genética directa, a través de miembros del equipo original de Focke Wulf o de diseños y planos heredados. Uno de estos descendientes laterales del Huckebein, el Sabre, terminó aniquilando a su descendiente directo, el Pulqui II. A mediados y finales de la década de 1950 el F-86 se repartía con liberalidad entre los países del llamado mundo libre, cerca de 40 en total. El único requisito era tener un gobierno firmemente anticomunista. Argentina cumplió ese requisito a partir de la Revolución Libertadora de 1955, y obtuvo sus Sabres poco después, mientras el proyecto Pulqui II entraba en vía muerta.

(1) Flight, 8 de diciembre de 1949
(2) Anton Zischka: Países del Futuro. Ediciones Omega (1950).

 

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