Un Fokker D.XXI en la primavera de 1940, con las marcas de neutralidad en vivo color naranja, el color corporativo de la casa de Orange y por extensión de toda Holanda.
Para cuando se fue al aire por primera vez, en febrero de 1936, el D.XXI ofrecía el aspecto de un caza moderno, salvo por el aparatoso tren de aterrizaje fijo, que ya no se usaba desde hacía algunos años y se consideraba obsoleto desde que, en diciembre de 1933, hizo su primer vuelo el Polikarpov I-16 Mosca. El caza alemán de referencia, el Messerschmitt Me-109, lo había hecho en mayo de 1935, nueve meses antes, y el super caza británico, el Supermarine Spitfire, lo hizo pocas semanas después, en marzo de 1936. Así que el Fokker D.XXI era ya un diseño obsoleto antes de nacer, pero lo que se buscaba no era rapidez, sino servicio barato y robusto. Fue diseñado para el servicio en las Indias Orientales Holandesas (actualmente Indonesia), un medio ambiente aeronáutico menos exigente que el europeo, se pensaba, pero la fuerza aérea colonial rechazó el aparato y además la metrópoli parecía estar en peligro inminente. A pesar de ser un caza de segunda línea, Finlandia y Dinamarca encargaron algunas unidades para sus fuerzas aéreas, y la República española compró la licencia de fabricación, cuando estaba ya a un paso de la derrota. El 10 de mayo de 1940 el D.XXI era el caza principal de la fuerza aérea holandesa, es decir, el principal defensor aéreo de la nación. Sorprendentemente, se desenvolvió muy bien contra el Me-109, debido a su excelente maniobrabilidad a baja altura, pero en cinco días todo había terminado.
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