Bombardier Global Express XRS de Jets Personales, del grupo de empresas Francisco Hernando, el año anterior al estallido de la burbuja inmobiliaria.
Puesto que es «el avión de negocios más lujoso y más conseguido jamás construido”(1), hay que pertenecer a la super-élite mundial para poseer uno. Es el caso de Steven Spielberg, Oprah Winfrey y Bill Gates, y en España este honor correspondió a Francisco Hernando, conocido como Paco el Pocero. Francisco Hernando consiguió el dinero para comprar este avión y otros lujos trabajando en el famoso sector del ladrillo, un elemento tóxico de la historia económica de España que fue su principal aportación original a la Gran Recesión de 2008 en adelante.
La publicidad del Residencial Francisco Hernando, en Seseña (Toledo), tras preguntar “¿Cuántas veces has soñado con un jardín enorme y una piscina?” promete “La vivienda que sí puedes comprar”, con entrada única desde 3.000 € y mensualidades desde 600 € (2). El Residencial es un lugar impresionante, una gran ciudad fantasma en mitad del páramo de angulosos bloques de pisos de nueve plantas, proyectada para 13.000 viviendas.
En realidad los negocios de Francisco Hernando y de Bombardier no están tan alejados como parece. La división de transporte terrestre de la empresa canadiense posee varias empresas en España y una fábrica en Alcobendas y tiene como clientes a Renfe y a Metro de Madrid, entre otras varias empresas públicas o semipúblicas de transporte urbano, que trabajan al compás de las urbanizaciones que construyen las empresas del llamado sector del ladrillo.