Un Sea Harrier como los empleados en la guerra de las Malvinas (abril-junio de 1982).
Tras la decisión del general Leopoldo Galtieri, jefe de la Junta Militar Argentina, de ocupar las islas Malvinas/Falkland, Margaret Tatcher, primera ministra británica, tomó a su vez la decisión de recuperarlas.Ambos países tuvieron que ejercer el poder a distancia, lejos de sus respectivos territorios metropolitanos (13.000 km de distancia desde Londres y 700 km desde la costa sur argentina). Esto concedió a sus respectivas fuerzas aéreas un papel determinante.
Las fuerzas aéreas argentinas eran superiores en número a las británicas, y disponían en algunos casos de tecnología avanzada, como los Étendard de fabricación francesa armados con misiles Exocet. Pero el balance tecnológico estaba claramente del lado de los británicos, pues los aviones Harrier disponían de misiles capaces de destruir a los aviones enemigos a larga distancia.
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Ecosistemas: 1946-1979 Aviación colonial, II