Un Aero L-39 de la Fuerza Aérea de Chequia a finales de la década de 2000.
En la división del trabajo establecida en el complejo militar-industrial del Pacto de Varsovia, a la potente industria aeronáutica checa le tocó la fabricación de entrenadores, cosa que hizo con gran éxito con el modelo de los años 1960 Aero L-29 Delfín y con sus sucesores L-39 y variantes, que se han vendido a muchos países.