Un argumento publicitario sencillo y de impacto: el fabricante anuncia que vende exactamente lo que anuncia, y no otra cosa. Indirectamente, la competencia queda en entredicho: ¿qué eran su caldos, flanes y helados? Adviértase que el anunciante no dice nada sobre la calidad o sabor de sus productos, solo apela a su autenticidad.
«Y», Órgano de la Sección Femenina de FET y de las JONS (Revista para la mujer), junio de 1940 .
Uno de los muchos sucedáneos de comida que proliferaron en la década de 1940. En este caso, el argumento principal es «contiene las grasas que faltan hoy en la alimentación corriente». El invierno de 1941-1942 se considera como el peor de la década del hambre, el momento en que se rozó la catástrofe.
«Y», Revista para la mujer, abril de 1942.
Asuntos: Alimentos
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