El Douglas DC-2 de la aviación nacional asignado como avión personal del general Franco (1936).
Sólo uno de los cuatro DC-2 que había en el país por aquel entonces, todos pertenecientes a la flota de LAPE, cayó en poder de los nacionalistas, cuando el aparato fue tiroteado en el aeropuerto de Tablada, en Sevilla. Su adscripción a Franco fue principalmente simbólica, ya que el Generalísimo debía tener forzosamente como avión personal el más grande y moderno de los disponibles, y ese era el DC-2.
En realidad el aparato llevó acabo toda clase de misiones de transporte y alguna de bombardeo, y en cierta ocasión se dice que se enfrentó en combate aéreo, caso único en la historia, con otro DC-2, uno de los ejemplares repu-blicanos. Hizo muchas misiones de avituallamiento del Santuario de Santa María de la Cabeza, en Andújar (Jaén), empleando tácticas de abastecimiento aéreo de posiciones sitiadas muy ensayadas en la guerra de África.
Tras el accidente mortal del general Mola, Franco, que hasta entonces había usado aviones continuamente para sus desplazamientos (empezó esa cos-tumbre en África) no volvió a volar en mucho tiempo. Prefirió evitar riesgos innecesarios, y se convirtió en un dictador terrestre. No fue hasta muchos años después que volvió a coger aviones con asiduidad, pero ya de la compañía Iberia, en sus muchos viajes de representación o de vacaciones por el territorio nacional.
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