Uno de los Rohrbach Roland de Iberia en 1927. El Roland era uno de los grandes diseños de la semiclandestina industria aeronáutica alemana de la década de 1920.
“La ruta aérea más peligrosa de Europa”. Así definió el trayecto Madrid – Barcelona un folleto de propaganda de la casa Rohrbach. No era para menos. Mientra que las rutas europeas de la época conectaban ciudades no muy alejadas engastadas en ricos paisajes agrícolas e industriales, la ruta de 600 km desde Barcelona a Madrid sobrevolaba un paisaje relativamente civilizado solamente mientras recorría la Cataluña costera. El resto era una sucesión ininterrumpida de páramos y sierras apenas habitados sin apenas campos de emergencia, ni muchos lugares donde se pudieran establecer con amplitud.
Es indudable que en esta desolada imagen pesó la descripción del primer vuelo desde Barcelona a Madrid, que tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en plena ventisca cerca de Almazán, en la provincia de Soria. Los Roland Rohrbach podían cruzar con toda seguridad este salvaje país, venía decir la propaganda de la casa. Realmente era un avión magnífico, con tres seguros motores y una aceptable velocidad de crucero. Y la cabina resultaba amplia y cómoda para los pasajeros.
Durante la década de 1920 la aviación comercial alemana encontró tantas trabas a su expansión, principalmente por parte de Francia, que pareció una buena idea emplear España como base de operaciones. España era ideal porque desde el punto de vista de Berlín estaba a mitad de camino entre Europa y Sudamérica, territorio muy tentador para la expansión capitalista alemana, que tenía ya muchos intereses en Brasil, Bolivia y Paraguay. España funcionó así como Suecia, Suiza o Italia, lugares donde la industria aeronáutica alemana puso encontrar un refugio de las restricciones impuestas por el tratado de Versalles y la hostilidad francesa.
Así se creó el Lloyd Aéreo Español (hubo durante muchos años un Lloyd Aéreo Boliviano) como filial de Deutsche Aero Lloyd, que pasó pronto a ser Iberia, mientras que la compañía matriz pasaba a ser Lufthansa. Ambas compañías tendrían una larga historia. Iberia, que sería la aerolínea de bandera española durante muchos años, se fundó así en 1927 como una filial de Lufthansa, con capital alemán y tres estupendos trimotores diseñados por Alfred Rorhbach.
Los Roland inauguraron la línea Madrid-Barcelona, que sería con el tiempo una de las más transitadas del mundo. Volar era una actividad mucho más relajada entonces que en la actualidad. Era costumbre invitar a vuelos de cortesía a las autoridades de las ciudades incluidas en la ruta e incluso de los pueblos donde se hacía algún aterrizaje de emergencia. Al hacer balance del primer mes de funcionamiento de la ruta, se vio que habían volado 518 personas, pero que solo 287 se habían desplazado de una ciudad a otra. El resto –232-– eran autoridades de toda laya y sus familias, que habían disfrutado de vuelos panorámicos sobre Madrid y Barcelona ofrecidos amablemente por la compañía. Pero lo importante es que Madrid pasaba a estar conectado por vía aérea con la red europea de ciudades, vía Barcelona y los enlaces de Lufthansa y Latécoere a Ginebra, París y Berlín.