Portada de Las ocurrencias del 17 de noviembre de 1911. El texto que la acompaña, a tres décadas de distancia de Hamburgo, Dresde e Hiroshima, acierta plenamente en su predicción de «un porvenir de espantosas carnicerías». La imagen y el texto describen una masacre que probablemente no ocurrió, aunque la conmoción de los turcos fue muy real.
«NUESTRA PORTADA
La guerra en los aires
Por primera vez un aeroplano ha sido utilizado como máquina de guerra, sembrando la desolación y la muerte. El sencillo aparato aéreo, gloria del ingenio humano, se convierte en arma asesina y exterminadora.
Es un oficial italiano, el teniente de Ingenieros Gavotti quien ha realizado la proeza, lanzándose en los aires con su máquina, pasando como un meteoro sobre el campamento de los turcos y arrojándoles bombas de picrita, un explosivo nuevo más mortífero que la dinamita.
Se ha iniciado de esta forma la guerra desde los aires, á la que seguirá seguramente al guerra en los aires. Las dos son terribles en sus efectos, y preludian un porvenir de espantosas carnicerías.
El teniente Gavotti salió de Trípoli remontándose en los aires con su aeroplano en dirección al Oasis de Ain-Zara. Quería sorprender a los turcos en su campamento, arrojando sobre ellos cuatro bombas cargadas de picrita, cada una de ellas del tamaño de una naranja.
Los turcos y árabos, llenos de terror, vieron acercarse al extraño pájaro; y de improviso, entre los grupos de soldados, estallaron dos bombas. La explosión fué terrible, causando grandes estragos; vióse caer á muchos hombres muertos y heridos, y el pánico producido por aquella lluvia de metralla que caía del cielo atemorizó á los más valientes.
Los oficíales turcos dieron orden á sus mejores tiradores de que disparasen contra el enemigo aéreo, pero era muy difícil alcanzarle, pues el aeroplano evolucionó con extraordinaria rapidez, retornando de nuevo á Trípoli. Gavotti, antes de alejarse, lanzó otras dos bombas, causando más de un centenar de víctimas.
Este primer ensayo del aeroplano, como arma de combate, plantea definitivamente el problema de la resistencia, pues á la máquina aérea sólo se la puede vencer con otro artefacto semejante.
Ahora los italianos, disponen de una flotilla aérea, con la que descubren los movimientos del ejército enemigo».
Las ocurrencias, 17 de noviembre de 1911. Biblioteca Nacional – Hemeroteca Digital.
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