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Ilyuschin Il-76 de la compañía bielorrusa de carga TransAviaExport, visitante frecuente de las bases aéreas de la OTAN y en España de Torrejón.
Este avión es una pieza fundamental del despliegue mundial del Ejército español. Especialmente importante es su papel en los vuelos de abastecimiento de los militares destacados en Afganistán, con vuelos regulares entre Getafe (Madrid) y Kabul.
El Il-76 puede llevar casi 50 toneladas de carga a miles de km de distancia, aterrizando y despegando de pistas que no necesitan estar en perfectas condiciones. Se ha convertido en el avión entre bastidores de la globalización, lo mismo llevando un cargamento de armas clandestino a un país en guerra civil que llevando poco después un cargamento humanitario de comida y medicinas al mismo país, contratado seguramente por la misma compañía que envió las armas.
TransAviaExport fue acusada por ONGs y agencias de la ONU de transportar armas para la terrible guerra que envolvió a Liberia y Sierra Leona hace algunos años, así como de cometer otras fechorías como comerciar con el régimen talibán en Afganistán (1). Los militares españoles se lavan las manos, arguyendo que ellos contratan a través de un espeso entramado de empresas intermediarias contratadas a su vez por la OTAN – el mismo entramado que convirtió la asignación de responsabilidades en el accidente del Yak 43 en 2003 en una misión imposible.