El Lockheed Electra usado como avión personal del «Jefe del Aire» nacionalista, Alfredo Kindelán.
El Electra del Jefe del Aire fue el único avión de este tipo que intervino en la guerra civil. Formaba parte de un grupo heterogéneo de aparatos vendidos por las compañías aéreas norteamericanas a los enviados por la República para comprar armas y aviones. Los aviones fueron embarcados a toda prisa en el buque Mar Cantábrico porque una iniciativa legislativa que habría impedido la venta de los aviones en España estaba en marcha en el Congreso.
Al fin los trámites parlamentarios demoraron la entrada en vigor de la ley, pero entonces una instancia judicial de Nueva York ordenó el embargo del barco ante la demanda de un piloto norteamericano, antiguo contratado de los primeros días de la guerra, que demandaba salarios atrasados al Gobierno republicano. Tampoco este truco jurídico surtió efecto, y el Mar Cantábrico pudo proseguir libre su travesía cuando el guardacostas norteamericano se retiró, bajo las cámaras de la revista Life, que alquiló un avión para seguir al mercante español. El buque fue finalmente apresado por el crucero nacionalista Canarias, y el bonito Lockheed Electra, sin una utilidad militar clara, se convirtió en el avión personal del jefe supremo de la aviación “hispana” (la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana tenían sus propios mandos).
Alfredo Kindelán era un histórico de la aviación militar española, en la que había participado en puestos de responsabilidad desde sus comienzos. Organizó la fuerza aérea nacional partiendo casi de cero y apoyó la candidatura de Franco a la jefatura suprema, en septiembre de 1936. Al acabar la guerra formó parte de la caterva de generales “arrepentidos”, que se dieron cuanta de que Franco no tenía intención alguna de restaurar la monarquía ni ninguna clase de régimen parlamentario. Fue castigado por su despego del Generalisimo con su no-nombramiento como ministro del Aire (el cargo fue a Yagûe, más para desactivarlo políticamente que para otra cosa). Luego de ser degradado por el procedimiento de ser nombrado capitán general de Cataluña, terminó desterrado una temporada y luego se retiró de la vida pública. Franco era implacable con los rojos, pero a sus correligionarios extraviados les solía tratar con suavidad.
Ecosistemas: 1936-1939 Guerra Civil Española