Airbus A300 de TNT Airways. La compañía tiene su cuartel general en Lieja (Bélgica).
El sector de la aviación comercial que crece de manera más sostenida no transporta personas, sino mercancías. Un buen ejemplo es la empresa de paquetería urgente TNT, que tiene una gran flota aérea que mueve entre aeropuertos secundarios que le sirven de terminales de carga, manteniendo así rutas como Zaragoza (España) – Lieja (Bélgica) (1). En España, determinados aeropuertos se están especializando en carga, principalmente Zaragoza, el tercero en volumen de carga tras Barcelona y Madrid, con Vitoria en cuarta posición. Zaragoza es un gran «hub» carguero de España porque tiene alrededor, en un radio de unos 300 km, algo así como la mitad del PIB de todo el país (2).
Los modernos cargueros de mercancías perecederas y en general caras cumplen el papel del servicio de transporte romano, del que se sabe que era capaz de transportar peces y mariscos vivos o conservados en hielo a lo largo de cientos de kilómetros hasta Roma u otra metrópoli del imperio, donde satisfarían el paladar de los exquisitos.
Hoy en día la sociedad de consumo mundial alcanza a unos 1.700 millones de personas en todo el mundo (3). No falta en ningún país por pobre que sea, aunque su porcentaje en Haití o Sierra Leona es menor de un 1%, mientras que llega al 90% en la opulenta Alemania. Los miembros de esta sociedad pueden pagar en conjunto cantidades ingentes de dinero por hacerse con mercancía fresca procedente de la otra punta del mundo. En consecuencia, la carga aérea es un sector en plena expansión, sin las lamentaciones crónicas del transporte aéreo de pasajeros.