Un ATR-42 de InterMed, ya con la bandera española en su lugar reglamentario. El festival de logotipos que luce el avión deja claro su elevado perfil político.
Pueden verse en el fuselaje del avión de la ilustración, aparte del nombre comercial de la compañía, los símbolos de la Generalitat de Catalunya, de la Diputació de Girona, de la entidad de Turismo de Girona (la G!), y de los Transports Públics de Catalunya. El único símbolo que se omitió fue la bandera de España, que debe figurar reglamentariamente junto a la matrícula. Tras un pequeño incidente diplomático entre Madrid y Barcelona, la bandera fue colocada en su lugar preceptivo. Esto ocurrió durante la etapa de gobierno por mayoría absoluta del Partido Popular (2000-2004), durante la cual las tensiones entre el nacionalismo central y los nacionalismos periféricos fueron muy frecuentes. Es lógico que el ATR estuviera implicado en el conflicto, pues el arquetipo de “avión regional”, y lo usan varias compañías para vuelos cortos dentro de la Península Ibérica.