Un McDonnell Douglas (Boeing) C-17 Globemaster III de la USAF a comienzos de la década de 2000.
A juzgar por sus principales operadores, se diría que el C-17 es el avión de carga elegido por los pueblos de habla inglesa para ejercer poder militar a distancia. El avión es un jet cuatrimotor que puede cargar más de 70 toneladas, sólo un poco menos que el Galaxy. Los aproximadamente 200 Globemasters III que tiene la fuerza aérea norteamericana podrían transportar juntos más de 15.000 toneladas de armamento en apenas unas horas a 5.000 km de distancia, incluyendo enormes tanques o carros de combate.
Utilizan el C-17, un avión muy caro y complejo, las fuerzas armadas de USA (más de 200), UK, Canadá, Australia, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (con una media de 5 por país). Otros países han expresado su interés, singularmente la India.
Tres C-17 se preparan para aterrizar en algún aeropuerto del tercer mundo, con más de 200 toneladas de suministros militares en la panza.
El C-17, a medio camino entre el Galaxy y el Hercules, es el avión prototipo de la «guerra contra el terror» (War On Terror, WOT en inglés). Necesitó un largo desarrollo, pero estuvo a tiempo para participar en la gran ofensiva de 2002 y 2003 que llevó a las fuerzas estadounidenses y británicas -con pequeños contingentes de muchos otros países que fueron más o menos a regañadientes– a ocupar Iraq y Afganistán. También ha participado y participa en los múltiples otros despliegues mundiales que incluye esta guerra.
Aunque los cazas de primera línea, como el F-15, F-16, Tornado, Rafale, etc., se usan en la WOT en sus papeles tradicionales de bombarderos coloniales, lo cierto es que los dos tipos de aviones que se emplean más en el conflicto son los cargueros, que atestan los aeropuertos de Kabul, Bagram o Kandahar, y los drones.
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Ecosistemas: 1980- La guerra de la civilización