Un Tu-154 de Aeroflot a finales de la década de 1970
El 16 de julio de 1976 se inauguró la línea regular Moscú – Madrid, servida por Aeroflot con su nuevo avión Tu-154. A partir de ahí, los acontecimientos se precipitaron: el 7 de abril del año siguiente finalizó la ilegalización del Partido Comunista de España (PCE), y por fin, el 13 de mayo un Tupolev aterrizó en Madrid procedente de Moscú llevando a bordo nada menos que Dolores Ibárruri, «Pasionaria», presidenta del PCE y miembro destacado de la nomenklatura soviética.
Decir que los militares españoles se horrorizaron es poco. El PCE tuvo que demostrar su carácter de partido de orden, dentro del sistema, aceptando la bandera rojigualda y la monarquía. Su secretario general, Santiago Carrillo, apareció en televisión durante la primera campaña electoral democrática insistiendo en que, por encima de todo, no debía repetirse la guerra civil. Luego se vio que los resultados electorales comunistas no eran tan buenos como se pensaba y se instauró el bipartidismo PSOE-populares. Mientras tanto, los aviones de Aeroflot seguían llegando a Madrid regularmente a medida que se estrechaban lazos culturales y económicos entre España y la URSS. De los lazos políticos entre el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y el PCE hacía tiempo que ya no había nada que decir.