Un Stratotanker del Ejército del aire a mediados de la década de 1970, con los reactores auxiliares eliminados.
Las 36 unidades de Phantoms que llegaron a España en 1971 vinieron acompañadas de tres aviones cisterna Stratotanker (versión militar del Boeing Stratocruiser, a su vez la versión civil del B-29, el bombardero de Hiroshima). La combinación de tres docenas de Phantoms + tres aviones cisterna, en teoría, dotaba al Ejército del Aire de una considerable force de frappe, pero todo aquello no pasó de algunos experimentos de reabastecimiento en vuelo efectuados por precaución sobre el mar de Alborán.