DC-10 Costa del Sol de Iberia en 1973.
El DC-10 fue el primer avión de fuselaje ancho que compró Iberia, en plenos años dorados de la compañía. A lo largo de la década de 1960 Iberia se había consolidado como una gran aerolínea nacional europea, de rango similar a Lufthansa, Air France o Alitalia. Además de pasear la reputación nacional por las nubes, papel principal de cualquier compañía de bandera, Iberia tenía la tarea adicional de lavar la cara a una dictadura militar, la última heredera ideológica de la Italia fascista y la Alemania nazi. El objetivo fue conseguido plenamente.
España podía ser un país pintoresco regido por un anciano dictador de voz aflautada, con parejas de guardias civiles merodeando por los campos y mucho duende por todas partes (esto último encantaba a los extranjeros ilustrados). Pero su aerolínea nacional tenía los mejores aviones, los mejores pilotos (antiguos oficiales del Ejército del Aire en su mayoría), la mejor atención al pasajero y los mejores mecánicos, simbolizados por una llave inglesa y una rosa cruzadas sobre el lema “Donde sólo el avión recibe mejores atenciones que usted”.
Siendo los DC-10 destinados a vuelos trasatlánticos, encargados entre otras rutas de conectar la capital imperial de Nueva York con Madrid, se echó el resto en los diez o doce aviones de este tipo que tuvo la compañía. Fueron bautizados con el nombre de todas las Costas turísticas españolas, decorados con cuadros de Salvador Dalí, pintor del Régimen por entonces, abastecidos con el mejor cátering y gran promoción de productos ibéricos, y enviados a triunfar por el mundo.
En su disco London Calling, The Clash dedicaron una canción a este avión, Spanish bombs (1979):
Spanish songs in Andalucia
The shooting sites in the days of ’39
Oh, please, leave the ventana open
Fedrico Lorca is dead and gone
Bullet holes in the cemetery wall
The black cars of the Guardia Civil
Spanish bombs on the Costa Rica
I’m flying in on a DC 10 tonight
Spanish bombs, yo te quiero infinito
Yo te quiero, oh mi corazon
Spanish weeks in my disco casino
The freedom fighters died upon the hill
They sang the red flag, they wore the black one
After they died it was Mockingbird Hill
Back home the buses went up in falsees
The Irish tomb was drenched in blood
Spanish bombs shatter the hotel
My senorita’s rose was nipped in the bud
The hillsides ring with «Free the people»
Or can I hear the echo from the days of ’39?
Trenches full of poets, the ragged army
Fixing bayonets to fight the other line
Spanish bombs rock the province
I’m hearing music from another time
Spanish bombs on Costa Brava
I’m flying in on a DC 10 tonight.
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