Un Bristol Britannia de Air Spain a finales de la década de 1960. El Britannia utilizó parte de la tecnología desarrollada para la construcción del gigantesco Bristol Brabazon, el avión más grande del mundo en su época.
Curas y militares mostraron su apoyo decidido a la creación de Air Spain. El teniente general Rafael García Valiño, veterano de la guerra civil en las brigadas navarras y uno de los generales «jóvenes» favorito de Franco, respaldó la operación desde el principio, inclinando así poderosas voluntades políticas y burocráticas. Un coronel de aviación se hizo cargo de la Dirección de Operaciones, y el vicario general castrense (y arzobispo de Sión) bautizó el primer avión de la compañía. La ceremonia, a la que también asistió el teniente general y ex ministro del Aire Díaz de Lecea, se hizo a finales de 1966 en el aeropuerto de Barajas, Madrid, aunque Palma de Mallorca era el «hub» de la compañía. El aparato era un magnífico Bristol Britannia, capaz de volar más de 9.000 kilómetros con 130 pasajeros a bordo, aunque a sólo 600 km/h. Por entonces los Boeing 707 y los DC-8 dominaban los cielos, y los Britannia habían tenido que encontrar acomodo en las compañías chárter.
Como explicaba el diario ABC, «La denominación de Air Spain se debe a razones de sicología publicitaria, ya que la casi totalidad de sus clientes serán anglosajones o nórdicos» i. El trabajo principal de Air Spain consistía en traer turistas del norte de Europa a las soleadas playas españolas, cooperando así a la estrategia del bikini que destruyó en pocos años los valores tradicionales españoles. Pero esa actividad solo funcionaba a pleno rendimiento durante el verano. Para el resto del año había mucho trabajo que hacer en otras modalidades norte – sur de transporte aéreo: como Aviaco en sus primeros tiempos, Air Spain cargaba frutas y hortalizas mediterráneas y subtropicales y las llevaba volando a Londres, Helsinki o Berlín.
Para sanear las cuentas de la compañía, hubo que buscar otros trabajos aéreos internacionales. Fue entonces cuando Air Spain se convirtió en parte de la Historia. En 1968 llevó pertrechos militares a Nigeria por cuenta del Gobierno británico, deseoso de ayudar a su excolonia a aplastar la secesión de Biafra. Más tarde volaría con ayuda humanitaria destinada a Biafra, y años después transportó peregrinos desde Kano, en el norte musulmán de Nigeria, hasta la Meca. Ese mismo año famoso de 1968 transportó millares de jóvenes izquierdistas europeos a Cuba en viajes de turismo revolucionario. El Gobierno cubano había declarado 1968 Año del Guerrillero Heroico en honor del Che Guevara, muerto poco tiempo atrás en Bolivia, y eso atrajo a las politizadas masas estudiantiles de Europa Occidental. Otros servicios consistían en llevar pescadores a Sudáfrica o Mozambique, donde se incorporaban a las tripulaciones de los grandes buques de pesca océanicos, o bien trabajadores petroleros a sus yacimientos.
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