Disparando sobre el Generalísimo

sabreascua

 

North American F-86 Sabre de la patrulla acrobática Ascua del Ejército del Aire español, a comienzos de la década de 1960.

 

En una exhibición de la Patrulla Ascua en la base aérea de Manises, el verano de 1962, alguien tuvo la precaución de advertir al Caudillo del número fuerte del espectáculo: «Excelencia, ahora viene el cruce de la bomba; por allí y por allí vendrán dos aviones apuntando aquí directamente, dispararán sus ametralladoras, pero no se preocupe que son salvas»[1]. Que se sepa, esa fue la única vez que dispararon sobre el general Franco, aunque fuera con balas de fogueo, desde que abandonó su vida de militar profesional en África.

El North American F-86 Sabre, alter ego del MiG-15, era un avión de sospechoso parecido al soviético, lo que revelaba que ambos habían bebido de las mismas fuentes de sabiduría aeronáutica procedente de la Alemania nazi. Símbolo de Occidente, su presencia en una fuerza aérea demostraba la adhesión del país correspondiente al Mundo Libre (incluso España desde 1953).

A finales de los 50 y comienzos de los 60 la actuación de los F-86, brillantes, ruidosos y veloces, se multiplicó en toda clase de actos públicos de contenido patriótico. Además de disparar sus ametralladoras sobre la multitud, a veces se rompía deliberadamente la barrera del sonido, la primera vez en un festival aéreo en Barcelona, en 1956. Precisamente el Manual de normalización del vuelo en F.86F. de marzo de 1958, en su apartado acerca de “Cómo exceder el Mach 1 en el F-86F», indicaba que era preciso escoger una región despoblada, pues «la barrera del sonido causa daños y consternación en la población civil.” [2]

Los F-86 no se pudieron usar para disparar contra los marroquíes en Ifni, pero sí participaron en este conflicto colonial mediante una operación de guerra psicológica. Cuatro aviones fueron destacados en la base de Gando, en Gran Canaria, con la misión de sobrevolar las Islas Canarias y las zonas pobladas de Ifni a baja altura, unos 100 pies (30 metros, la altura de un edificio de 10 plantas). La idea original era hacerlos volar sobre el desierto formando estelas de condensación para hacer creer a las Bandas Armadas de Liberación que el Ejército español tenía aviones a reacción para atacarles.

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[1] Almodóvar Martínez, L.: La patrulla acrobática española Ascua. Aeroplano, nº 3, nov. 1985

[2] BAUTISTA JIMÉNEZ, J. : El Ala de Caza nº 1, pionera con el F.86 en la modernización del Ejército del Aire. Aeroplano (13 1995)
 
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