Aermacchi M.B.326 de la Aeronáutica Militar Italiana a comienzos de la década de 1960.
Quince años depués del fin de la segunda querra mundial, la industria aeronáutica italiana ya estaba en franca recuperación, aunque era consciente de que ya no podría retomar el papel preeminente a escala mundial que cumplió durante su edad dorada, los años de 1920 y 1030, por desgracia coincidentes con el fascismo.
Uno de los productos más exitosos de la renacida industria fue el MB.326, concebido como avión de entrenamiento, en el que se suponía que tenían que practicar los pilotos italianos antes de pasar al supercaza Starfighter. Es verdad que Italia carecía de la capacidad industrial para fabricar un caza Mach dos nacional, pero el país parecía estar saliendo de la miseria de la postguerra y hasta los curas se modernizaban gracias al aggiornamento vaticano.
Aunque los MB.326 pintados de naranja sirvieron en las escuelas de aviación de la Aeronáutica Militar, su verdadera proliferación vino a través de Sudáfrica, que los usó y fabricó como avión colonial de contrainsurgencia. Luego Brasil también los fabricó bajo licencia y con el mismo objetivo. En conjunto, fueron utilizados por una docena de países.
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