La sólida estructura del Porter y su respetable tamaño le aseguraron larga vida como avión para todo uso.
«El avión ideal para transporte de pasajeros, rescate y servicios generales en los Alpes suizos» Esta era la opinión recogida en Flight (1) en 1960, cuando el Porter fue presentado en varias reuniones técnicas y shows aeronáuticos en toda Europa.
El Porter hizo la fortuna de la firma Pilatus, fundada en 1939 y que desde entonces había fabricado aviones con licencia, piezas o efectuado revisiones y reparaciones de aviones de otras marcas. Los primeros ejemplares andaban un poco corto de potencia, pero eso se solucionó cambiando el motor de pistones inicial por un turbohélice, con el que el avión alcanzó su configuración definitiva.
Se trata de un aparato muy espacioso, de fuerte construcción y capaz de operar desde pistas muy cortas, improvisadas o incluso campo abierto, gracias a su muy reducida distancia de despegue y aterrizaje. Por esta razón hoy día, 53 años después de su primer vuelo, hay Porters volando en países y ecosistemas de todo el mundo. Es un caso de éxito poco corriente, en el que un avión diseñado para el paisaje alpino se ha extendido poco a poco por todo el mundo.
(1) Flight, 1 de enero de 1960