Mujeres armadas

La figura de la mujer heroica, que enseñaba su deber a los hombres en algún momento crucial del combate, tenía representantes ilustres en España, como Agustina de Aragón o María Pita. Pero eran destellos de valentía y en general se consideraba a una mujer armada como una aberración o un curiosidad. En la zona republicana, desde los primeros días del golpe militar, muchas mujeres se armaron de pistolas y fusiles y salieron a la calle y a los frentes para defender la causa de la República. Eso resultaba inconcebible en la zona nacional, donde la imagen de la mujer miliciana armada con un fusil era considerada como prueba de la depravación absoluta del enemigo. En la República, pasados los primeros meses, las mujeres fueron apartadas de los frentes y combates y dedicadas a tareas consideradas más apropiadas para ellas, como la asistencia a los heridos y la intendencia, más o menos como ocurría en la zona nacional.

Una patrulla callejera, pocos días después del golpe militar, compuesta al parecer por adolescentes, cachea a un transeúnte en una calle de Madrid. La «joven de las Milicias» empuña un revólver con cierta desgana.
Las mujeres en la lucha. 
Crónica, 26 de julio de 1936.

Provistas de fusiles Máuser, cinco milicianas posan sobre un cercado de piedra en algún lugar de la sierra del Guadarrama. Pocas semanas después de publicada esta foto, las mujeres fueron apartadas de las unidades enzarzadas en combate directo.
Escenas de la lucha en la Sierra. Crónica, 16 de agosto de 1936.

Las heroínas del 19 de julio. La imagen muestra a dos mujeres rompiendo las cadenas de la opresión, con el escudo de la República al fondo y representando su doble papel de milicianas combatientes y abnegadas enfermeras. Crónica, 23 de agosto de 1936. Biblioteca Nacional de España – Hemeroteca Digital.

Llevando el fusil Máuser de reglamento al hombro, dos milicianas aprenden la instrucción en el patio del cuartel del Quinto Regimiento, la unidad comunista que se haría tan famosa en los primeros meses de la guerra. Como era habitual en los soldados españoles de la época, no calzan botas de cuero, sino alpargatas. Junto al sargento, una niña tocada con un gorro cuartelero contempla la escena. Crónica, 30 de agosto de 1936. Biblioteca Nacional de España – Hemeroteca Digital.

«La miliciana Josefina Vara, del batallón Largo Caballero, en el que se ha distinguido por su comportamiento heroico durante los combates en el frente de la Sierra, surtiendo de municiones a las avanzadillas, disparando contra el enemigo y colaborando al desarme de los prisioneros».  Aquí se detallan las tareas de la miliciana, incluyendo un gran tabú de las mujeres en el ejército: ejercer violencia directa contra el adversario. Por ejemplo, las mujeres encuadradas en la defensa antiaérea de Gran Bretaña de la segunda guerra mundial podían apuntar los cañones, pero no dispararlos para matar al enemigo, tarea reservada a los hombres.
Crónica, 13 de septiembre de 1936. Fuente: Biblioteca Nacional de España

Las imágenes de milicianas armadas es utilizada como prueba de la «depravación y miseria moral» del enemigo, en esta publicación de una revista gallega, ya muy avanzada la guerra. .C.G. : revista mensual ilustrada del Auto-Aero Club de Galicia, afiliado al Automóvil Club de España – Año IX Num. 92-93 (Enero-Febrero 1938)

Asuntos:

Tochos:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies