Uno de los primeros IAI Arava en llegar, el TAM-75. Parece ser que voló por cuenta de la fuerza aérea boliviana con el clásico esquema de camuflaje de la fuerza aérea israelí de arena, marrón apagado y verde desvaído.
En junio de 1975 un comunicado de prensa de IAI (Israel Aircraft Industries) informó de unas ventas prometedoras de su producto Arava, una 40 unidades vendidas en un 90% en Latinoamérica (1). Bolivia fue uno de los nueve países centro y sudamericanos que adquirieron este pequeño avión, diseñado para ser usado en condiciones espartanas y capaz de llevar 24 pasajeros o dos toneladas y media de carga. El Arava se vendió sobre todo a las aviaciones militares, y se utilizó tanto para asegurar el transporte a zonas remotas de sus respectivos países como para combatir a la guerrilla, como parece ser que ocurrió en Nicaragua y más tarde en Chiapas, México.
En 1976 prácticamente todos los países latinoamericanos estaban gobernados por dictaduras militares, muchas de ellas sometidas a diferentes grados de embargo de armas por parte de la «comunidad internacional». El complejo militar-industrial israelí vio un suculento mercado en la región, y consiguió venderles gran cantidad de armamento, incluyendo muchos aviones.
En Bolivia gobernaba Hugo Banzer desde 1971 y fué él el que autorizó la compra de seis o siete Aravas a la industria israelí por 5,5 millones de dólares (2). Los aviones sirvieron en TAM, Transporte Aéreo Militar, un híbrido entre aerolínea y fuerza aérea encargado de hacer sentir la presencia del estado boliviano en los rincones más alejados de su enorme país. Estas instituciones son muy características de las aviaciones militares latinoamericanas. En Bolivia los Arava sirvieron de puente en este cometido entre los Douglas DC-3 y los Fokker F-27, mucho más capaces.
1- Flight, 12 de junio de 1975
2- Aerospotter: Apuntes de los Arava bolivianos
[codepeople-post-map cat=»-1″]
Ecosistemas: 1946-2018 La aviación de los países no alineados