Windsor, el bombardero cañonero

El tercer prototipo del Vickers Windsor, con los cañones instalados, a comienzos de 1945. El primer prototipo despegó del suelo el 23 de octubre de 1943.

La secuencia de nombres de los bombarderos de Vickers, la gran empresa de fabricación armamento de todas clases, en la segunda guerra mundial y un poco antes, refleja una creciente ambición: Wellesley, Wellington, Warwick y por fin Windsor, el nombre de la casa reinante. Parece ser que “Worcester”, cuna de la famosa salsa, se evitó en el último momento. Vickers fabricaba en 1941 el famoso Wellington y su sucesor más grande y pesado Warwick, pero no tenía representación en el campo de los grandes bombarderos cuatrimotores estratégicos. Ese año el Air Ministry publicó una especificación para un bombardero de gran altitud y presurizado, que el año siguiente cambió a un bombardero más corriente, rápido y con más de seis toneladas de carga mortífera.

En octubre de 1943, cuando voló el primer prototipo, ya estaba claro que el ideal bomber británico era el Lancaster, y que el Windsor no añadía nada interesante al poder bombardero de la RAF. No obstante, por inercia industrial-militar, el programa siguió adelante, ahora con un acicate que sí distinguía netamente al Windsor del Lancaster o el Halifax. Estos dos aviones disponían de ocho ametralladoras de calibre 7,6 mm (0,3 pulgadas en terminología británica), que eran poca cosa para aniquilar a los cazas de la Luftwaffe –si los servidores de las ametralladoras conseguían ver alguno a distancia de disparo, cosa difícil teniendo en cuenta que sus incursiones sobre Alemania eran siempre nocturnas–.

El Windsor propuso superar ese lamentable estado de cosas con la instalación de dos cañones Hispano-Suiza de 20 mm en la parte trasera de cada motor exterior, disparando hacia atrás. Los cuatro cañones estarían sometidos al control remoto de un operador situado en la torreta trasera, en el extremo del fuselaje, y serían apuntados por radar. Esa era la fantasía de las escenas finales de Victory Through Air Power, de Disney, estrenada el verano de 1943, en las que un gigantesco bombardero erizado de cañones guiados automáticamente destruye en cuestión de segundos a dos o tres docenas de cazas enviados en su persecución. Para cuando la instalación cañonera fue colocada en un Windsor ya era abril de 1945 y la guerra había casi terminado. Los 300 ejemplares contratados fueron cancelados y ninguno de los tres prototipos se libró del desguace.

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