En 1940 volar era cosa de una extremadamente reducida y adinerada élite. Este anuncio pagado por la industria aérea norteamericana en su totalidad plantea por primera vez la idea de que pueda salir más barato volar que viajar por tierra o por mar –una idea que hoy resulta banal, pero que entonces necesitaba alguna explicación. El argumento principal es que viajar por tierra tiene innumerables costes que, sumados, hacen atractivo el precio de volar. La rapidez del viaje viene a continuación, pero es menos determinante. Hay que tener en cuenta que las compañías aéreas norteamericanas, con los pequeños y lentos aviones de la década de 1920, apenas podían competir, ni en precio ni en rapidez, con las ofertas de las compañías de ferrocarril. El DC-3, al que se puede ver en la parte superior del anuncio, cambió todo este panorama.
Life, 8 de abril de 1940 (Google Books)
Ecosistemas: 1919-1939 Aviación comercial