Armstrong Whitwort clase Ensign «Egeria», desprovisto de pintura y con las marcas de Imperial Airways, a finales de 1938.
Un redactor de Flight, en el extenso reportaje que la revista dedicó al Ensign en abril de 1937 (1), se queja de la chulería de la industria aeronáutica norteamericana –que por entonces ya tenía casi a punto modelos comerciales tan logrados como el Douglas DC-4 y el Boeing Stratoliner– cuando hablaba de la nueva «era de los cuatrimotores», aviones comerciales enormes, capaces de llevar muchos pasajeros y carga a largas distancias. El redactor recuerda a los estadounidenses que Imperial Airways llevaba ocho años volando este tipo de aviones, en las clases Hannibal, Atalanta, Scipio, Scylla y Diana. El Ensign fue el siguiente en esta saga de los aviones imperiales. Respondía a una especificación del 1934 que a su vez respondía a la decisión de reforzar el correo aéreo imperial, con nuevos aviones más grandes, rápidos y de mayor autonomía.
Empero el Ensign, que voló por primera vez en 1938, como el DC-4 y el Stratoliner, no admitía comparación con sus coetáneos norteamericanos. Tenía una abundancia de detalles obsoletos. Por ejemplo, el fuselaje casi cuadrado, herencia de la antigua idea de que un avión de línea debía ser como un vagón pullman con alas, cómodo para los pasajeros pero mala para la aerodinámica. Las alas estaban cubiertas de tela, y los motores no eran lo bastante potentes. Se fabricaron dos versiones, que sólo diferían en su disposición interior, la europea para 40 pasajeros y la imperial para largas distancias con 20 literas disponibles. Como era habitual, las comodidades a bordo eran considerables. El primer ensayo general de conexión a través del Imperio fue un fracaso. A finales de 1938, ninguno de los tres ejemplares enviados a Australia cargados con el correo navideño de la madre patria consiguieron terminar el viaje, el que más duró llegó hasta Calcuta.
Alarmada, Imperial Airways ordenó revisar toda la flota, a la que colocaron motores más potentes. pero entonces comenzó la guerra, y los Ensign fueron militarizados. La pintura de camuflaje les fue aplicada artesanalmente, con interesantes resultados: el piloto H.J. Horsey añadió un rebaño de ovejas a la superficie superior de las alas para despistar más convincentemente al enemigo (2). Los Ensign funcionaron como lanzaderas, llevando suministros a las fuerzas británicas desplegadas en Francia y luego, en junio de 1940, evacuando personal militar a las islas, en una especie de Dunkerke aéreo (3) . Más tarde fueron asignados a la recién creada BOAC y pudieron comenzar por fin su servicio imperial, haciendo vuelos con suministros y personal desde las islas británicas hasta la India, con una ruta general que hacía un amplio arco desde Cornualles a Gibraltar, la costa oeste de África, África oriental, El Cairo y la India. Las pocas unidades fabricadas, el desgaste de la guerra y la ausencia de repuestos hicieron muy difícil mantener en vuelo estos aviones, y en 1947 el último fue desguazado (4).
(1) Flight, 1 de abril de 1937
(2) Flight, 15 de febrero de 1957
(3) «Armstrong Whitwort Ensign», Aeroplane, marzo de 2015
(4) SAM WELLER COLLECTION: Armstrong Whitworth A.W.27 Ensign Imperial Airways.
Ecosistemas: 1939-1945 Segunda Guerra Mundial