Un Savoia-Marchetti SM.73 de Sabena en 1937. El SM.73 era la versión civil del bombardero SM.81 Pipistrello y algunos ejemplares fueron fabricados en Bélgica.
La ruta Bruselas – Léopoldville (Kinshasa) se abrió en 1935 con Fokker F.VII y un trayecto de cinco días y medio con cinco noches de descanso. Bélgica tuvo así su gran línea aérea colonial, como ya la tenían Francia y Gran Bretaña y pronto la tendría Italia. El viaje, de algo más de 8.000 km, atravesaba tres grandes tramos que la poca altura del vuelo (unos 3.000 metros) permitía contemplar a su sabor a los pocos pasajeros: Europa y el Mediterráneo, el Sahara (un tramo de casi 3.000 km guiado por balizas pintadas de blanco colocadas de cincuenta en cincuenta kilómetros) y por fin la selva tropical (1).
El desaliño del viaje terminaba cuando llegaba la última etapa y todo el mundo se afeitaba y colocaba su mejor traje para el aterrizaje en Lépoldville. Allí, sobre todo en los primeros tiempos de la ruta, les esperaba un mar de salacots y trajes blancos, toda la colonia europea reunida para ver la llegada del enlace aéreo con la lejana metrópoli. Tras ensayos que comenzaron en 1925, SABENA abrió la primera ruta regular en 1935 con vuelos muy espaciados y muy pocos pasajeros. El SM.73 permitió aumentar la frecuencia y el número de pasajeros, y su sucesor el SM.83, la versión civil del bombardero SM.79 Sparviero, redujo el tiempo de viaje menos de 30 horas, gracias a su velocidad de unos 350 km/h.
(1) Jacques Gorteman, Marc Vandermeiren: La SABENA, L’Aviation en Belgique et au Congo. Nth updated version – june, 2016. (Ce livre sera sujet à évolution. Des mises à jour éventuelles sont prévues et seront annoncées par newsletter sur le site de www.hangarflying.be)
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