En septiembre de 1924 Enrique Flórez escribió en la Revista de tropas Coloniales, órgano de expresión del lobby africanista del Ejército español, un interesante artículo sobre el papel de la aviación en una guerra colonial. A pesar de la gran experiencia adquirida por la aviación militar en África en el bombardeo del territorio enemigo, Flórez considera que su verdadero papel en Marruecos debería ser el de reconocimiento y en concreto el de observatorio volante de la artillería. En 1924 ya se habían hecho algunas experiencias de comunicación por radio entre los aviones y la tierra, pero el Reglamento en vigor determina que los aviadores se entenderán con las unidades en el terreno mediante el lanzamiento de croquis de situación del objetivo (que debían marcar, si era posible, con bombas fumígenas) y los de abajo responder usando paneles de tela blanca de cinco metros por 0,7 en varias posiciones determinadas (ver ilustración). Este sistema se parecía bastante al usado por la marina de guerra a comienzos del siglo XIX.
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Ecosistemas: 1913-1939 Aviación colonial, I