Uno de los dos o tres Dornier Komet con que contó CETA, hacia 1923.
A comienzos de la década de 1920, la hostilidad del gobierno francés hacia la aviación civil alemana (la aviación militar había sido prohibida por el tratado de Versalles) causaba grandes quebraderos de cabeza a la industria aérea germana. Una manera de saltar por encima era llegar a acuerdos con otros países que sirvieran de cobertura. España tenía grandes ventajas al respecto, pues podía servir como cabeza de puente para las rutas entre Alemania y Sudamérica (1), donde había muchos intereses teutones en juego. Una compañía en teoría española podía sobrevolar territorio francés, metropolitano o colonial, a placer. En consecuencia, la industria aérea alemana empezó a cortejar a la española, intentando crear una compañía de su propiedad pero con bandera hispana o bien copando posiciones en alguna compañía ya existente. Eso se intentó en CETA (Compañía Española de Tráfico Aéreo), la compañía fundada en 1921 para servir la ruta Sevilla-Larache. Dornier le envió algunos Komet, un diseño ultramoderno de avión de pasajeros que demostraba que por aquellos años Alemania lideraba la innovación aeronáutica. Los compactos Komet contrastaban con el vetusto diseño de los de Havilland DH.9, que eran los únicos aviones con los que contaba hasta entonces CETA. Podían llevar cuatro pasajeros con cierto grado de confort, pero el cometido principal de CETA era el transporte de correo, y no se sabe mucho sobre su grado real de utilización en la compañía. Años después, Lufthansa creó su filial española, que se llamaría Iberia, pero esta es otra historia.
(1) Early airline companies in Spain, en www.europeanairlines.no
Ecosistemas: 1913-1927 Guerra de Marruecos, 1919-1939 Aviación comercial