La Arcadia rural, ese extraño país

Giscard: Delineations of the most remarkable costumes of the different provinces of Spain, and also of the military uniforms, bull fights, national dances, etc. of the spaniards. Henry Stokes Ed. (Londres, 1822). Biblioteca Digital Hispánica. (clic en la imagen para ampliar)

La Arcadia rural ibérica se divide en siete tramos: Galicia, Asturies, Cantabria, Euskadi, Navarra, Alto Aragón y Pirineos Catalanes. Los sectores de Cantabria y Navarra son los únicos españolísimos y los más católicos. Los otros cinco sectores no son de fiar. De izquierda a derecha tenemos Galicia, contaminada por una lengua propia y ciertos resabios nacionalistas, Asturies, con su largo historial de sublevaciones obreras, el País Vasco, reducto separatista aunque bastante meapilas, el Alto Aragón, demasiado pegado a Francia y con demasiadas lenguas propias, y Cataluña, plaza fuerte de todas las ideas separatistas, modernistas y pornográfico-disolventes en general.

La Arcadia rural es una larga franja de terreno en la España húmeda, que va aproximadamente desde la desembocadura del Miño (donde se toca con la Arcadia rural portuguesa, que casi abarca todo el país) hasta la aduana de Port Bou, más de 1.000 km de recorrido. En este territorio las casas tienden a estar diseminadas entre los prados y los bosques, se habla un dialecto distinto en cada valle de lenguas no castellanas (fisterrá, tudense, mindoniense, ancarés, bable uccidental, central, oriental, cántabru, vizcaíno, altonavarro, suletino, ansotano, belsetano, chistavino, benasqués, pallarés, ribagorzano, aranés, etc, etc.), se conservan viejas costumbres, se come fuerte y se respeta a los curas, salvo en Asturias y entre los que han vivido en Barcelona.

La Arcadia rural es completamente distinta de la imagen oficial de España. Por ejemplo la que se puede ver en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo. En este hermoso museo, junto con enormes y descoloridas banderas azules con la cruz blanca de San Andrés y muestrarios de kilts tradicionales, se puede ver la sala del turista escocés del siglo XX, y de lo que se traía de sus vacaciones y naturalmente ahí están la figurita de la bailaora sevillana y el cartel de la corrida de toros “Su nombre aquí”. La famosa figurita de la bailaora andaluza está inspirada en la artista donostiarra Arantxa Arzak, y Navarra es la tierra más taurina de la piel de toro, pero en general esas españoladas son ajenas a la Arcadia rural, donde gustan más de deportes de fuerza a base de arrastrar troncos, piedras, bueyes, humanos o todo a la vez y de bailar danzas bastante aburridas con las chicas bien cubiertas de sayas y refajos.

El factor arcádico se ha mezclado con la idiosincrasia local para dar productos muy distintos. El ansia separatista de Euskadi se puede interpretar como un deseo de volver a una Arcadia que ya no existe, salvo en los museos rurales que proliferan en el país. La región más industrializada de España ansía regresar al caserío, las viejas prácticas tradicionales de aprovechamiento del bosque, la tierra y el ganado. La Arcadia gallega es un laberinto de corredoiras y aldeas que se llaman todas igual, pero no tiene el glamour antropológico del caserío vasco. Se puede visitar con provecho el Museo do Pobo Galego en Santiago de Compostela para hacerse una idea de la antigua vida rural gallega, muy recogida en sí misma hasta que tocaba hacer la maleta y emigrar al otro lado del océano. Asturias es muy diferente de Galicia en su despreocupada manera de ver las cosas, mezclando la mina y el trabajo en el campo. Actualmente muchas paneras se han convertido en casitas de vacaciones, casi de juguete. Cantabria tiene la pesada carga de representar a Castilla en el océano Atlántico, y su mezcla cultural arcádica es poco notoria, a diferencia de lo que pasa en su vecino Euskadi. Navarra es el núcleo de la mítica raza de los montañeses, alabada por los autores franquistas como la de más calidad de España. El alto Aragón y la Cataluña pirenaica son un puzzle político que tiene hasta un país independiente, Andorra, ejemplo de valle escondido allá arriba cuyos habitantes decidieron explotar a fondo su renta de situación.

El papel de la Arcadia rural en la ecología de España es bastante particular. Es zona de alta y continua producción agraria y ganadera, así como tenía bastante riqueza minera e industrial. Su parte costera siempre fue zona de contacto con el resto del mundo, así como el Pirineo permitió siempre conectar fácilmente con Europa a través de Francia. El color verde distingue nítidamente a la Arcadia rural de la gran extensión parda que forma el 85% del territorio nacional. Su dulcería típica también es muy característica, a base de mantequilla y leche. Es zona con muy poca intolerancia a la lactosa. En general, es una franja de civilización adosada a una zona de barbarie, las planicies y serranías del valle del Duero, el Ebro y el sistema Ibérico, y lo que hay debajo de ellas. Iniciativas políticas como Galeuzca (Galicia, Euzkadi y Cataluña) han intentado unificar la Arcadia en una acción común contra el estado opresor español y su capital, Madrid, el centro de la tierra parda, pero no han funcionado nunca más allá de algún festival y alguna declaración solemne.

 

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