Un Eurofighter de la fuerza aérea de Austria.
Austria siguió adelante con la adquisición de Eurofighters en medio de una gran oposición ciudadana. En 2002, el Partido Popular (VPÖ) recién instalado en el poder encargó 18 unidades por 2.000 millones de euros. La oposición (el Partido SocialDemócrata, SPÖ) se opuso fieramente a la compra, al considerar el avión, con toda la razón, como un capricho muy caro y absolutamente inútil para las necesidades del país.
Hay que tener en cuenta que, con su velocidad punta, un Taifun tarda unos 20 minutos en recorrer toda Austria por su parte más ancha, desde Bratislava a Lichtenstein. Eso es algo que les pasa a todos los países con pequeño territorio cuando se compran un avión de guerra muy veloz, que el país enseguida se les queda corto. Cuando el SPÖ llegó al poder, no obtuvo mayoría parlamentaria suficiente para gobernar en solitario y cancelar el pedido, amarrado además por EADS mediante una gigantesca penalización por cancelación. El nuevo ministro de defensa (del SPÖ) intentó salvar la cara reduciendo el pedido inicial a solo 15 aviones, más viejos y con menos prestaciones que los inicialmente previstos, pero ahorró en la operación tan solo 250 millones de euros.