Un Saab 29 Tunnan de la fuerza aérea austríaca, a mediados de la década de 1960.
El Tunnan es la versión sueca de lo que todos los diseñadores de aviones tenían en mente en la segunda mitad de la década de 1940: un caza reactor compacto y sencillo con alas en flecha. Otras fueron el MiG-15 soviético, el Ouragan francés, el Sabre norteamericano y el Pulqui II argentino. Todos estos aviones se parecían sospechosamente a diseños alemanes de los últimos meses de la guerra, como el Messerschmitt P1101 o el Focke Wulf Huckbein.
El Saab 29, apodado Tunnan (barril) por su rechoncho aspecto, fue el primero de la línea de aviones de guerra avanzados de fabricación propia (Lansen, Draken, Viggen, Gripen) con que Suecia equipa sus fuerzas aéreas y –si se puede– hace ventas en el extranjero, una hazaña tecnológica notable para un país de menos de diez millones de habitantes.
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