Un avión antisubversivo para Uruguay

 

Un FMA Pucará de la Fuerza Aérea Uruguaya a comienzos de la década de 1980.

Los FMA Pucará llegaron en a Uruguay en 1981, cuando la dictadura cívico-militar llevaba ocho años en el poder. Por entonces hacía mucho tiempo que los tupamaros habían sido aniquilados, así que no había ninguna guerrilla que pudiera combatir el avión, el único aparato en el mundo diseñado específicamente por un país (Argentina) para tareas de contrainsurgencia en su propio territorio. La guerrilla de los tupamaros había sido urbana y muy limitada a Montevideo, así que el Pucará no tendría mucho que hacer en esa circunstancia. Parece que los militares en el poder en Uruguay compraron los seis aviones como una especie de amuleto antisubversivo, una ultima ratio regis que aseguraría que el país seguiría siempre bajo su dominio.

En 1985 terminó la dictadura y el Pucará se encontró formando la punta de lanza de la exigua FAU (Fuerza Aérea Uruguaya) junto con un puñado de Cessna Dragonflies. Los aviones fueron instalados en la base aérea de Durazno, en el mismo centro del país, a 180 km. de Montevideo por el sur y 300 km de la punta más alejada del país por el norte, lo que garantizaba, a la velocidad que podía desarrollar la máquina, que podía estar sobre cualquier punto del país en un tiempo máximo de entre 20 minutos y media hora. Aparte de su empleo contrainsurgente, no estaba muy claro para qué podía servir el Pucará en Uruguay, que siempre está en las mejores  relaciones con Argentina y que no tiene ningún casus belli con su inmenso vecino, Brasil. Al fin se vió que la máquina podía funcionar muy bien el la guerra mundial de las drogas, interceptando aeronaves sospechosas.

Poco a poco los seis aviones (uno se perdió en accidente y fue sustituido servicialmente por la Fuerza Aérea Argentina) se quedaron sin repuestos y sin posibilidad de reparaciones ni mejoras. En 2017 quedaba uno solo en condiciones de vuelo, y la FAU  dio de baja al Pucará en una ceremonia en la que su jefe, el general Alberto Zanelli,  dijo que lo que les quedaba de material aeronáutico era «escaso y obsoleto». Por entonces gobernaba el Frente Amplio, una organización que habría sido el objetivo del avión antisubversivo en los años de la dictadura militar. Como a la RNZAF (Fuerza Aérea Neozelandesa) a Uruguay se le acaban los aviones de guerra y deben proveerse de material de transporte, cooperación, vigilancia ambiental, policía aérea, etc. La FAU mantiene un destacamento aéreo en la república Democrática del Congo, la URUAVU, bajo mandato de la ONU.

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