Un Skyraider del Ejército del Aire francés con base en Yamena, finales de la década de 1960.
El Douglas A-1 Skyraider, un aparato con un solo motor de pistones, podía cargar tres toneladas de bombas de napalm. Diseñado para la lucha contra el Japón, llegó tarde para esta guerra, pero no se perdió las siguientes. En ausencia de aviones enemigos funcionó muy bien como bombardero colonial de bajo coste, hasta el punto de ser calificado como “una insustituíble herramienta de los Estados Unidos en las guerras de Corea y Vietnam[1]”. Se construyeron 3.180 ejemplares desde 1957.
Los Skyraiders que habían participado en la guerra de Argelia fueron enviados a Yibuti y Madagascar, desde donde se trasladaron al Chad para ayudar a la lucha contra el Frolinat (Front de Libération Nationale du Tchad).
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