Un Republic F-105 Thunderchief basado en Alemania a mediados de la década de 1960.
A mediados de los 60, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Norteamérica (USAF) y Construcciones Aeronáuticas, Sociedad Anónima, firmaron un contrato por el que CASA se encargaría de la revisión de más de un centenar de F-105 pertenecientes a las fuerzas de la OTAN desplegadas en Europa frente a la frontera occidental de Imperio Soviético. El contrato confirmaba la calidad técnica de la CASA, que pocos años después se transformaría en la gran y casi única empresa aeronáutica española nacional tras absorber a Hispano Aviación, que no conseguía apenas ventas para su Saeta y debía dedicar parte de sus plantas industriales a la fabricación de electrodomésticos.
En poco tiempo, CASA estaba trabajando en los IRAN (Inspect and Repair As Neccesary, revisar y reparar si hace falta) de millares de aviones norteamericanos de todas clases: además del F-105, F-100 Supersabre, F-101 Woodoo, F-102 Delta Dagger, F-104 Starfighter y C-130 Hercules, entre otros, pasaron por sus talleres. El paso siguiente sería la fabricación con licencia de un avión de guerra norteamericano, lo que se pondría en práctica con el Northrop F-5 Freedom Fighter (Caza de la Libertad).
Era una parte más del toma y daca que suponía la participación de España en la guerra del Mundo Libre contra el Bloque Comunista. A cambio de la cesión de soberanía que suponían las bases, la tecnología norteamericana entró en el país con gran ímpetu.
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