El gasógeno permitía alimentar los motores de coches y camiones sin derivados del petróleo, a base de biomasa, es decir leña o cualquier combustible sólido que estuviera a mano. La equivalencia que hacían los fabricantes era de 2, 5 kg de leña = 1 l de gasolina. Fue parte del regreso de España a la energía solar, cuando el consumo de derivados petrolíferos se redujo mucho y el carbón era el único combustible fósil disponible en cantidad.
Mundo, 27 de septiembre de 1942
Asuntos: Biomasa, Energía, Transportes, Vehículos
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