Santos Dumont 14 bis. Bagatelle, París, 23 de octubre de 1906.
El brasileño Alberto Santos-Dumont disponía de una tecnología inferior a la de los Wright, pero de una plataforma de lanzamiento incomparablemente mejor: el campo de Bagatelle en el Bois de Boulogne, el parque más elegante de París. La fama de Santos-Dumont consiguió reunir allí una verdadera multitud de espectadores el 23 de octubre de 1906.
Cuando su armatoste comenzó a rodar sobre el césped, muchos se arrojaron al suelo para determinar por sí mismos si realmente las ruedas se despegaban de la hierba. Así lo hicieron, durante 21 segundos, lo que adjudicó al aparato el record mundial de duración de vuelo.
Por esas fechas, el Flyer III de los Wright volaba ya regularmente por espacio de más de 30 minutos. La contradicción es sólo aparente: El 12 de octubre de 1905 se fundó la Féderation Aéronautique Internationale (FAI) en París, como entidad responsable de certificar y homologar todo lo relativo a los progresos en la locomoción aérea.
Santos-Dumont se benefició del viejo dicho: si haces algo nuevo, procura que haya alguien cerca con una cinta métrica a mano. Certificar un vuelo tenía una dificultad añadida en los primeros tiempos: “Los controladores, estupefactos por el vuelo, se olvidaban de utilizar sus instrumentos[i]”. El caso es que el 14bis, nombre del aparato, consiguió en 1906 dos de los cuatro primeros récords aéreos certificados: además del de duración, el de distancia, con 78 metros.
Los otros fueron para un Voisin (altura, 25 metros, en noviembre de 1908) y por fin para Wright (velocidad, 44 km/h, en las mismas fechas que el anterior). Lo mejor vino después. La multitud se arrojó sobre el aparato, cogió en hombros al inventor y lo llevó en triunfo hasta los Campos Elíseos. La era aérea había comenzado. “Desde los tiempos de Santos Dumont a nuestros días, la aviación ha progresado con un movimiento uniformemente acelerado” se podía leer en un semanario madrileño[ii] en 1934.
[i] (Chambe, 61)
[ii] (Blanco y Negro)
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