Un BAC Strikemaster de las Fuerzas de Defensa de Botswana.
El Strikemaster es un ejemplo más de los pequeños aviones de entrenamiento que descubren que pueden llevar una considerable carga de bombas bajo las alas (1.360 kilos en este caso). Los fabricantes del avión ven entonces un ancho campo de posibilidades de ventas del aparato a países de confianza y que no pueden gastar mucho dinero en sus aviones de guerra.
A comienzos de la década de 1970, se recibieron pedidos de Arabia Saudí (un pedido modesto para un país con un poder adquisitivo de armamento prácticamente ilimitado), Yemen del Sur, Omán, Kuwait, Singapur, Kenya, Nueva Zelanda, Ecuador, Ceilán, Sudán, Venezuela e Irak.
Estos países, a su vez, pueden vendérselos a otros a precios muy ventajosos. Así terminó este modelo británico en la Fuerza de Defensa de Botswana, vía Kuwait. En 2002, tan sólo Ecuador y Sudán tenían todavía el Strikemaster en sus fuerzas aéreas.
[codepeople-post-map cat=»-1″]
Ecosistemas: 1946-2018 La aviación de los países no alineados