En tiempo de guerra la libertad de movimiento se ve severamente limitada. Cualquier persona en ruta de un punto a otro tiene que demostrar que ha sido autorizada a hacerlo por cualquier autoridad, que puede ser un jefe de puesto, un alcalde, un cuartel general militar o una oficina central especializada. En la guerra civil española proliferaron los salvoconductos de todo tipo (y estuvieron legalmente en vigor hasta 1949). Los tres ejemplos nacionales muestran cómo las multas por no llevarlos eran una fuerte no desdeñable de ingresos para el estado nacionalista. En la zona republicana la evacuación de Madrid, así como la autorización para regresar a la ciudad, requirieron la expedición de millares de salvoconductos.
Boletín Oficial de la provincia de Cáceres, 1 de febrero de 1937
Las mujeres de Madrid
La obligación de salir y el deseo de volver
Normas oficiales y advertencias a los habitantes
La Sección de Salvoconductos de la Delegación de Evacuación, con su jefe, don Rogelio Alfaro –a la derecha–, a una de las horas de mayor aglomeración de público. (Foto Videa)
Mundo Gráfico, 22 de septiembre de 1937
Biblioteca Nacional de España – Hemeroteca Digital
Heraldo de Zamora, 2 de marzo de 1938
Nueva España (Benavente) 3 de marzo de 1938
Asuntos: Guerra, Salvoconductos
Tochos: La guerra total en España