Locomotora 141F-2236 en cabeza del Shangai destino Barcelona en la estación de LLEIDA. Año 1969. De Trenes nocturnos gallegos (III) El Shangai. Orígenes. En Tren Galicia http://trengalicia.blogspot.com.es/
103. Cataluña y Galicia
Fue un caso pionero de transmisión viral de un meme. La red social inicial fue la red telefónica de Renfe de mediados del siglo XX. En aquellos tiempos el procedimiento de mando y control de los ferrocarriles españoles, que no contaban apenas con tramos de doble vía, consistía en avisar por teléfono a la estación siguiente de la llegada de un convoy, para que mantuvieran despejada la vía por la parte que les tocaba. Un día del año 1950 el ferroviario Ángel Rodríguez López descolgó el teléfono en la estación de Vilanova, en Barcelona, para avisar de la salida del tren 4025, al que apodó “el Shanghái”, con destino a Vigo y La Coruña. El nombre hizo fortuna, se repitió en todas las restantes etapas y ya nadie llamó de otra manera al tren.
Se refería D. Ángel a la famosa película El Expreso de Shangái, de Josef Von Sternberg, estrenada en 1932, que narra un azaroso viaje en tren entre Pekín y Shangái en plena guerra civil china. La película fue un gran éxito mundial, afianzó la posición estelar de Marlene Dietrich e inauguró el género de dramas en servicios de transporte público, principalmente trenes y diligencias. El expreso de Shanghái español cubría aproximadamente la misma distancia que su homólogo chino, unos 1.200 km de distancia.
La línea empezó a funcionar en el verano de 1949 y tardaba unas 36 horas en hacer el recorrido completo, con una velocidad comercial de 34 km/hora, más o menos como un caballo al trote largo. En realidad no era un viaje directo, aunque los viajeros compraban inocentemente un único billete Barcelona – La Coruña o Vigo y vuelta. El convoy sabía con bastante seguridad su origen y su destino final, pero lo demás era incierto. La ruta general era Barcelona – Zaragoza – Ariza – Valladolid – Venta de Baños – León – Monforte y de ahí por dos ramales a La Coruña o a Vigo. Pero el azar y el cruel destino podían variar esta ruta, prolongar las paradas o incluso, según cuenta una leyenda urbana, perder un tren entero con todo su pasaje y su tripulación en algún lugar de los páramos entre Soria y Zaragoza (ver Vía Libre, la revista del ferrocarril, Historia del expreso de Barcelona a Galicia). La fuerza de tracción era el vapor, como en los tiempos de Stephenson. Las locomotoras se alternaban en el recorrido según el estado de la vía y las pendientes a salvar, siendo las más populares las Mikado, máquinas magníficas de más de cien toneladas de peso que podían mover un tren de cinco mil toneladas a 100 kilómetros por hora, si se movían por una buena vía más o menos recta y despejada. Pero pocas veces se daban tan buenas condiciones en el quebrado trayecto del Shanghái.
Reforzando el carácter oriental del exprés de Galicia, las Mikado se llamaban así por una afortunada venta de locomotoras de este modelo por los Estados Unidos a Japón a finales del siglo XIX, justo cuando la opereta El Mikado, de Gilbert y Sullivan, que transcurre en país nipón, hacía furor. Las Mikado españolas fueron compradas por la Compañía del Norte hacia 1915 a los Estados Unidos. Después de la segunda guerra mundial Renfe compró otro gran lote en Inglaterra, que fue de gran ayuda para reparar los destrozos ferroviarios de la guerra civil. La línea entre Cataluña y Galicia avanzó poco a poco hacia La Modernidad: abandonó el carbón y el vapor, se electrificó, se redujo el tiempo de recorrido (actualmente Renfe vende billetes Coruña – Barcelona por menos de 70 € y 13 horas y 20 minutos de duración del viaje). La ruta se movió hacia el norte hace ya algunos años, y hace León – Burgos – Vitoria – Zaragoza. Lo que no ha seguido un rumbo claro son las comodidades de los viajeros: hubo coches cama, literas, tercera clase, bar, vagón restaurante, etc, que aparecían y desaparecían por temporadas. Desde hace unos años se puede hacer esta ruta en un Tren Hotel, el nombre lo dice todo. Vueling hace la ruta Barcelona – Coruña en poco más de hora y media, en un Airbus 320. En 1964 se inauguró una ruta aérea que unía los tres territorios de Galeuzca (Vigo-A Coruña- Santander – San Sebastián – Barcelona) empleando Convair Metropolitan, que no fue un éxito de público y se canceló pronto.
Cataluña y Galicia están unidas por la conciencia de la opresión españolista y por un invento llamado Galeuzca (Galeusca en la grafía actual), acrónimo de Galiza/Euzkadi/Catalunya. La revista Galeuzca se publicó en 1945 y 1946 en Buenos Aires y da una idea general del asunto en sus artículos e ilustraciones. Resumiendo mucho, en el Estado español existen cuatro naciones, Galicia, Euskadi, Cataluña y Castilla. Hay que tener en cuenta que cada una de las tres primeras sería mucho mayor que el territorio regional que ocupan actualmente. Cataluña se extendería “desde el estanque de Salces, en el Rosellón, hasta las playas de Santa Pola en Alicante” (Galeuzca, octubre de 1946, número especial dedicado a la organización del gran festival de cantos y bailes folklóricos de Cataluña, Euzkadi y Galicia, puede consultarse la colección completa de la revista en urazandi.euskaletxeak.net, hemeroteca de la diáspora vasca).
Euzkadi incluye Navarra y el país vasco francés, y seguramente más allá, y se sugiere una especie de unión de Galicia y Portugal. Estas tres naciones plenamente desarrolladas llevan tres o cuatro siglos gimiendo bajo el yugo del imperialismo castellano. Hay un contraste absoluto entre las dulzuras del clima y la cultura, la perfección de la civilización en general en Galeuzca y la brutalidad permanente de Castilla, que se suele explicar utilizando la imagen de castillos roqueros sobre páramos polvorientos versus verdes prados sembrados de caseríos. La mejor solución es evidentemente la República federal, las cuatro naciones libremente unidas en una estructura estatal que deje a cada una en libertad dentro de su casa.
Tochos: La Península mutante
