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Vamos a aprender a expresarnos como los gurús de la economía. Estas personas ganan mucho dinero, y esa es una razón suficiente para aprender el oficio. No se trata de faltar a nadie sugiriendo que la ciencia de la economía se puede aprender en un cuarto de hora, sino de aprender a ser un gurú mediático de la economía, que es algo distinto.
Para ello necesitamos dividir este curso rápido en tres partes a la manera clásica: planteamiento, nudo y desenlace. ¿Y el argumento? No hace falta, porque se trata de hablar de lo único, del Pavoroso Desastre Económico Inminente.
Planteamiento
Aquí se trata de describir una situación no mala, sino lo siguiente. Emplee con abundancia términos geológicos: cataclismo, hundimiento, derrumbe, colapso, implosión, etc. Haga mención a “las familias que sufren” –se supone que ni usted ni su público forman parte de esa clase. Queda muy bien describir cómo la locomotora alemana se ha parado bruscamente, entre un estrépito de chirridos de frenos oxidados, o el pánico en Wall Street ante la aterradora visión de una rentabilidad excesiva de los bonos a corto plazo. En esta fase de calentamiento se pueden usar términos técnicos, pero no en exceso.
Nudo
En esta parte no hay más remedio que ser incomprensibles. No es un capricho, sino algo que el gurú de la economía hace para que le respete la audiencia. Para explicar la trama económica en términos simples y comprensibles, ya tenemos las charlas de bar. No se preocupe, que la jerga económica proporciona material en abundancia. Empiece diciendo, por ejemplo, “El problema, pavoroso, está en un déficit de caja por cuenta corriente del Estado que supera en dos puntos el porcentaje de apalancamiento de activos soberanos”. Y ya está. El lector se queda con dos cosas: que la cosa está muy jodida y que ud. ha estudiado economía en una escuela de pago. También puede citar a economistas ilustres, mejor cuanto menos conocidos sean, por ejemplo: “Es lo que Steinhardt llamaba el problema fundamental fiduciario en su trabajo para la Jarbar Ribiu “Towards Chaos” (1973).
Desenlace
Tras pintar un confuso apocalipsis, llega el momento de hablar de soluciones. Nos hundimos sin remedio, a menos que… Y aquí puede ud. elegir. Puede hablar de lo que quiera: desde eliminar los coches oficiales a aniquilar las carísimas energías renovables, pasando por “quitar grasa” al Estado despidiendo a un millón de funcionarios, eliminar el subsidio de desempleo, privatizar la sanidad, la educación y las cárceles, recortar las pensiones, etc. El recurso más fácil es echar la culpa de todo a las derrochonas Comunidades autónomas, y proponer su erradicación. Termine con un canto al emprendimiento y al por desgracia poco abundante en España espíritu de riesgo empresarial, y habrá terminado. Ya es ud. un gurú de la economía.
Marciano Lafuente
Asuntos: Economía