El logo provisional de la Conferencia (Renieblas y Asociados)
¿Qué le ocurre a un país con dos o tres potentes nacionalismos periféricos cuando se le hincha el nacionalismo central? Pues lo han adivinado: nada agradable. Resulta que en este caso la buena avenencia no es posible, porque hay dos partes de que reclaman la propiedad absoluta de un elemento geográfico. Si la copropiedad no es posible, la violencia determinará el ganador. Antes de que llegue la sangre al río, se impone por lo tanto convocar una Conferencia de Nacionalistas Españoles, bajo el lema “José Luis, hablando se entiende la gente”, que dijo el director de la cárcel de Mallorca cuando quería convencer al verdugo para que hiciera su trabajo.
Esta CNE o CONAES deberá hacerse con mucho bombo, en un lugar agradable atiborrado de periodistas y cámaras de televisión. La cuestión de los asistentes no será fácil. En principio deberían asistir todos los partidos nacionalistas que ejercen su acción dentro de las fronteras del conocido internacionalmente como Reino de España, código ISO 724/ESP/ES. Hasta ahí bien. La lista tendrá que incluir a los partidos nacionalistas españolistas (Ciudadanos, PP y Vox), a los catalanistas (ERC. JxC, etc.), a los vasquistas (PNV, Geroa Bai, Bildu, etc.), a los galleguistas (BNG por ejemplo) a los andalucistas, etc., etc.
Una vez llegadas las delegaciones a la sala, tendrá que haber ceremonia de inauguración, a cargo de alguna personalidad internacional pero no mucho (el nacionalismo español se irrita mucho cuando aparece algún relator, mediador o similar procedente del extranjero), tal vez alguien de la UE o el Dalai Lama. A continuación, se crearían las comisiones, se les asignan sus correspondientes salitas de reuniones, se las abastece de bocadillos y refrescos y a trabajar. Así a bote pronto podría haber comisiones temáticas transversales, es decir generales, por ejemplo de historiadores, expertos en ecología y economía, sigilografía, etc. Y luego las comisiones más peliagudas, temáticas-geográficas, de relación entre catalanismo/españolismo, para empezar, y las demás que se puedan organizar.
Tantas mentes puestas a pensar encontrarán soluciones: fórmulas como la de Estado Independiente Asociado, nuevos diseños de banderas, cámaras territoriales, referéndumes de doble vuelta, guardia nacional, monarquía federal, austrohungarismo, etc, etc. Peliagudo será elegir sede para la Conferencia. Madrid sería lo lógico, pero tiene mala fama entre los nacionalismos periféricos, en el extranjero no puede ser. Tal vez San Sebastián o Sevilla, que son ciudades agradables y neutrales. No costaría mucho dinero, en todo caso menos que el paralís político actual. Se podría plantear una fórmula como la de la elección del Papa en Roma, con los delegados enclaustrados hasta que no produzcan fumata blanca.
Marciano Lafuente
Asuntos: Nacionalismo