Tiradores en posición y ametralladoras listas para disparar: el ceremonial del orden público

 

La huelga general del verano de 1917 se convocó principalmente para protestar por el tremendo aumento del coste de la vida que había provocado la Gran Guerra. España no participó, y de hecho fue uno de los pocos países que se enriqueció fabricando y vendiendo montañas de material de interés militar –desde motores de aviación a uniformes, pasando por toda clase de alimentos y suministros. Los industriales se enriquecieron pero los precios de las cosas de comer, beber y arder se dispararon. Los soldados posan ante las cámaras como en un ritual de mantenimiento del orden, con las armas listas para disparar. En toda España hubo 71 muertos.

 

Mundo Gráfico, 15 de agosto de 1917

Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional

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