Un Antonov An-22 Anteo de Aeroflot. Este gigantesco avión tuvo un papel importante como carguero pesado en la invasión soviética de Afganistán.
La Unión Soviética eligió 1979 para abandonar su cautelosa política internacional. Afganistán había salido de la sartén británica al fuego soviético, pero en 1979 el Kremlin cometió el enorme error de ocupar el país militarmente para forzar la aceptación de un gobierno fiel a sus intereses.
Después de Marruecos, Irak, Etiopía, Vietnam y tantos otros una gran potencia ponía todo el poder de su fuerza aérea en acción para aplastar aldeas de adobe y caminos apenas trazados, volar asnos por los aires y también hombres, mujeres y niños. La URSS y su sistema de países satélites sólo sobrevivió diez años más.
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