Ondeando la bandera en el Congo

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Uno de los cuatro Avro Canada CF-100 Canuck que la fuerza aérea belga envió al Congo para la operación Simba (1959).

 

Era difícil imaginar un avión menos adecuado para el servicio colonial en el Congo que el CF-100 Canuck, diseñado para patrullar el Ártico canadiense como parte del sistema de alerta conjunto de Canadá y los Estados Unidos contra posibles ataques de los bombarderos soviéticos, que luego se convertiría en el NORAD. Bélgica fue el único comprador además del país fabricante.

La fuerza aérea belga eligió el CF-100 para volar al Congo porque tenía el mayor radio de acción de todos sus cazas reactores, podía despegar de pistas muy cortas y tenía una tripulación de dos, piloto y navegante. Todo eso resultó muy útil en el largo viaje desde la base de Beauvechain en el centro de Bélgica a la de Kamina, en el sur del Congo, con escala en Lisboa, Las Palmas de Gran Canaria, Dakar, Accra y Léopoldville (actualmente Kinshasa). La ruta directa cruzando el Sahara se descartó por insegura y la ruta este por El Cairo de descartó por impolítica (1).

Hacía años que la fuerza aérea belga deseaba sobrevolar su gran colonia africana con sus reactores, pero los sucesos del 4 de enero de 1959 en Léopoldville, cuando al menos medio centenar de manifestantes congoleños fueron masacrados por la fuerza pública en ocasión de una reunión política anticolonialista, sugirieron que podría ser una buena idea enviar una misión aérea para ondear la bandera de la metrópoli sobre la el Congo (2).

El 4 de julio de 1959 la unidad aérea compuesta por cuatro Canucks y dos C-119 Flying Boxcar despegó de territorio belga e inició su largo viaje hasta la base de Kamina –la excusa del viaje era asistir al décimo aniversario de su fundación. Dos días después llegaron a Léopoldville, donde comenzaron una serie de vuelos de exhibición a baja altura sobre el río Congo, la ciudad y otras localidades de la región. Al día siguiente, ya en Kamina, los vuelos continuaron, con el añadido de una especie de festival aéreo organizado en la base. Los Canucks sobrevolaron todas las localidades importantes: Elisabethville (actualmente Lubumbashi), Jadotville (act. Likasi), Kolwezi, Albertville (act. Kalemie), Usumbura (act. Bujumbura, en Burundi, colonia belga por entonces) y Bukavu.

Nunca se habían visto aviones así en el Congo. Es indudable que millones de congoleños contemplaron sus vuelos a baja altura, acompañados del estruendo de sus dobles reactores. Se suponía que los vuelos asustarían o harían reflexionar a los africanos levantiscos y tranquilizarían al mismo tiempo a los colonos europeos. No se sabe cuál fue su impacto real, pero menos de un años después, en junio de 1960, el Congo consiguió su independencia.
 

(1) Sergebonfond.be: Opération Simba
(2) Avionslegendaires.net: La force aérienne belge et l’opération Simba

 
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